La trayectoria sanitaria global del Covid-2019 durante el año 2022:
algunas reflexiones desde la cultura política de diferentes civilizaciones
DOI:
https://doi.org/10.59673/amag.v1i1.38Abstract
A veintinueve meses de haber sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia (WHO, 2020), el SARS-CoV-2, causante del Covid-19, sigue presente en las vidas de la mayoría de la población mundial. Sin exagerar, guarda ciertos paralelismos con otros parteaguas recientes, e.g., el uso masivo y omnipresente de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), con especial énfasis en el Internet, la telefonía celular y las redes sociales; o bien, los profundos cambios que generaron los eventos del 9/11. Covid-19 ha sacudido ‘las reglas del juego’, lo mismo si se piensa en cómo estudiamos, cómo comerciamos y súbitamente en los entornos laborales (Gardini, 2020). Los espacios virtuales, aunque existentes, no tenían un uso tan extendido ni tan profundo previo a Covid-19. Súbitamente, en cuestión de semanas, las ventas por Internet, la transformación masiva de los entornos laborales y educativos y los servicios gubernamentales, producto del cierre masivo de actividad económica, laboral, educativa y sanitaria, considerada como no indispensable, se vio forzada a hallar refugio y adaptación en los entornos virtuales.
Este artículo consta de tres apartados. En el primero, se hace un repaso de la evolución sanitaria de los dos primeros años de la pandemia (2020 y 2021) con un marcado énfasis en los contagios, los decesos y la vacunación. En el segundo, se analizan las tendencias globales (identificando similitudes y diferencias regionales) en la evolución sanitaria de la pandemia experimentadas durante 2022. Finalmente, en el tercer apartado, de una forma crítica, se sugiere una hipótesis para explicar los saldos sanitarios, marcadamente diferenciados, que ha dejado la pandemia al día de hoy (16 de agosto de 2022) entre países occidentales y países orientales. La explicación parte de un análisis de la cultura política diferenciada entre civilizaciones. Se argumenta que las concepciones, con importantes diferencias en la forma de entender las libertades entre Occidente y Oriente, aunque tienen raíces político-culturales, se acaban concretando en importantes diferencias y consecuencias económicas durante el trienio más reciente.